lunes, 18 de abril de 2016

Introducción




Introducción 





Orígenes familiares

Su padre, Georges Emmanuel Tatischeff, nacido en 1875 en París y muerto en 1957, era hijo natural del conde Dimitri Tatischeff, general del ejército ruso, agregado militar de la embajada rusa en París, que murió poco después del nacimiento de Georges, y de una francesa, Rose Anathalie Alinquant. El niño Georges-Emmanuel tuvo una infancia agitada: fue secuestrado y llevado a Rusia, y su madre no pudo traerlo de nuevo a Francia hasta 1883. Se instaló en un lugar muy alejado, Le Pecq, cerca de Saint-Germain-en-Laye.2 En 1903, Georges-Emmanuel Tatischeff se casó con Claire van Hoof, muerta en 1968, de origen Italo-neerlandés, con quien tuvo dos hijos: Natalie, nacida en 1905, y Jacques. El padre de Claire, holandés, era enmarcador e hizo entrar a Georges-Emmanuel en su empresa. La familia Tatischeff tenía, pues, un nivel de vida bastante alto. Posteriormente, Georges-Emmanuel llegó a ser director de la firma Van Hoof.3

Infancia y juventud

Jacques Tatischeff parece haber sido un estudiante mediocre. Sin embargo, fue muy deportista; jugó al tenis y, sobre todo, practicó la equitación. Abandonó los estudios a los 16 años (1923) y entró como aprendiz en el negocio familiar, donde fue formado por su abuelo. En 1927-1928, hizo el servicio militar en Saint-Germain-en-Laye, en el 10.º Regimiento de Dragones.4 A continuación, pasó un curso en Londres, durante el cual se inició en el rugby. A su regreso, descubrió su talento cómico en el seno del equipo de rugby del Racing Club de Francia, cuyo capitán era Alfred Sauvy y uno de los valedores de Tristan Bernard.5

Dejó el oficio de enmarcador entre 1931 y 1932, cuando la crisis económica mundial alcanzó a Francia, especialmente al mundo del espectáculo. Vivió, por tanto, un período muy difícil, durante el cual elaboró, a pesar de todo, el número que se convertirá en Impressions sportives (Impresiones deportivas). Participó en el espectáculo amateur organizado cada año por Alfred Sauvy de 1931 a 1934.7



Cuando vimos a  Jacques Tati Pensamos fue en la cantidad de cosas que me había perdido del cine por creer que todo terminaba en la forma de representar la realidad en el cine que conocía, películas como Rambo y todo este tipo de mercadeo armamentista y todo lo que los medios comerciales  difunden. Conocía también comediantes y realizadores como Chaplin, Buster, a Woody Allen, Roberto Gómez por mencionar algo también de lo nuestro. Pero con Tati, nos muestra otro mundo, no muestra una realidad tan agradable, sin dejar de ser cómico por esto, porque  lo que hace más que una crítica es una burla a la sociedad  

Comenta 
Gloria Fernández Vilches que la bonanza económica por aquella época trajo consigo inmediatamente la creación de centros de negocios en las grandes ciudades, donde establecían su sede las grandes empresas y se arracimaban en edificios de oficinas las medianas y pequeñas, edificios cuya forma arquitectónica reflejaba el que parecía ser el lema del período: la eficiencia.  

Tatischeff  hace de todo una burla al modernismo y a esa tendencia a complicar las cosas simples e invita a  inferir una realidad  subyacente alejada de la simple apariencia de  lo que percibimos  a simple vista. 

Esto, a mi modo de ver, requiere de constante  reflexión, observación del  mundo y de la naturaleza humana  que puede llegar a ser extremadamente  irracional cuando el hombre es deshumanizado desindividualizado y condicionado a causa de los intereses promercantilistas, estandarizados y acogidos sin mucho esfuerzo por el esnobismo como un modo de vida.

Filmografía


Fuentes:
http://ciclodecineelespejo.blogspot.com.co/2011/05/jacques-tati-1907-1982.html




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